
Nueva vida, nuevas personas, nueva casa, nuevos proyectos...
Así es la vida: cambia como queramos que cambie. Somos dueños de nuestro presente y destino... Es un lujo otorgar. Solo digo que és un lujo, como un reloj o un anillo.
Centramos nuestro poder en un perfil definido por etapas, quizás una etapa se centre en lo laboral, otra en el cónyuge, tal vez otra etapa nuestra vida dependa de las posesiones y, quizás otra etapa toda nuestra vida la centremos en nuestros enemigos para medir nuestro poder de influencia... Cada quien.
Los mapas nos guiarán siempre en nuestro andar. Si sabemos a dónde vamos, allá llegaremos sin duda. Si centramos nuestra vida en los valores, tal vez sea mas relajado el viaje, sentiremos menos fluctuaciones emocionales y podremos identificar nuestras debilidades y fortalezas para continuar en nuestro camino por la vida.
A veces conducimos en un vocho, a veces en un trailer. Otras ocasiones cederemos el paso a un tren y tal vez un día piloteemos un avión. La idea ser concientes de los diversos contextos de vida en los que estamos y en el momento con quienes compartimos algo. Siempre alguien traerá un mejor vehículo o una bicicleta. Un día —si nos quedamos atravesados a media vía— podrían arrollarnos. Un día —si alguien se queda a media vía— podríamos arrollarlo.
Es cuestión de conciencia. Mirar hacia adentro, hacia afuera y los retrovisores para saber cómo viene alguien, qué viene conduciendo y a qué velocidad.
La vida es como una autopista de peaje, cambia el paisaje y es una constante transición.
